Una familia celebra el Ramadán y lo comparte con sus vecinos no musulmanes
Mi maestra de primaria me dio un boleto de almuerzo gratis porque pensó que había olvidado el mío en casa. “¿Dónde está tu almuerzo?”, preguntó la supervisora de la cafetería. Sentí que todos los ojos se fijaban en mí y se me hizo un nudo en la garganta. Lo cierto es que mi mente de 9 años no sabía cómo explicar que estaba ayunando voluntariamente durante el mes sagrado de ramadán. No sabía cómo explicar que los musulmanes se abstienen de toda comida y bebida desde el amanecer hasta el atardecer y que yo comería mucho al caer la tarde. Me sentí fuera de lugar. Sentí que se me salían las lágrimas. ¿Por qué yo era la única que ayunaba? ¿Por qué mis maestros no lo sabían? Y lo que es más importante, ¿por qué no podía dar una explicación?
Llamaron a papá a la oficina del director para una reunión de emergencia. Él les explicó a los adultos allí reunidos que yo tenía que ayunar durante los 30 días de Ramadán (la edad a la que los niños comienzan a ayunar varía). Explicó que el ayuno se trata de mantenerse alejado de todos los malos hábitos. Si bien los musulmanes nos esforzamos en todo momento por no involucrarnos en cosas como espiar, robar, hacer trampa y otras, prestamos aún más atención a nuestros pensamientos y acciones mientras ayunamos. El ayuno también nos enseña a ser pacientes y a estar cerca de nuestras familias.
Los adultos asintieron y sonrieron mientras lo escuchaban. Al final de la reunión, todos se dieron la mano y se alegraron de no haber tenido que llamar a los servicios sociales. Pensé que papá estaría molesto por haber tenido que salir temprano de su trabajo, pero no fue así. Estaba orgulloso de que me hubiera mantenido firme, aun cuando no había podido dar una explicación. Hasta sonrió mientras nos dirigíamos al auto.
Cuando tuve hijos (la segunda generación de mi familia en los Estados Unidos), decidí que los prepararía para lo que se avecinaba. Quería que se sintieran seguros de su identidad como musulmanes estadounidenses. Quería asegurarme de que siempre sintieran que este era su hogar. Nunca es fácil carecer de representación debido a la propia religión o cultura, pero actualmente la gente está más consciente de las comunidades a su alrededor.
Hoy, mis hijos de 10 y 8 años están orgullosos de ayunar en el mes de ramadán. Les encanta decorar la casa, los 30 días de golosinas, la comida deliciosa, ir a la masŷid (o mezquita), hacer galletas de Ramadán, recitar el Corán y aprender más sobre nuestra cultura. Hasta se enorgullecen de compartir golosinas de Ramadán en la escuela. Aprovecho este mes para enseñarles y nutrir su curiosidad natural.
Hace dos años, nuestras mezquitas tuvieron que cerrar durante el mes sagrado de ramadán debido a la pandemia. Al día de hoy, el acceso sigue siendo limitado. Sin embargo, escuchamos los recordatorios espirituales de la mezquita, tanto en persona como a través de transmisiones virtuales en vivo. Cuando nos sentamos a romper el ayuno en familia, hablamos sobre lo que se dijo en el recordatorio espiritual y sobre temas relacionados con el Ramadán en nuestra vida diaria. Tratamos de hacer comidas especiales y tener conversaciones espirituales para marcar una diferencia significativa entre el mes de ramadán y los días ordinarios.
Como dijo el profeta Mahoma, “La acción más apreciada por Alá (Dios) es ver a una familia reunida compartiendo el alimento”.
Conversamos sobre las semejanzas del islam con otras religiones, ya que nos ayuda a entendernos unos a otros. Hablamos de que algunas denominaciones cristianas cumplen con 40 días de ayuno y oración durante la Cuaresma y los judíos ayunan en Yom Kipur, el Día de la Expiación. Incluso los hindúes ayunan durante temporadas especiales. En los días de ayuno, comienzan con un baño ritual y una limpieza profunda de la casa, y el ayuno puede durar todo el día o puede consistir en evitar la sal, el aceite y los alimentos fritos. Del mismo modo, muchas otras culturas y religiones alrededor del mundo practican el ayuno en diferentes épocas del año. Si bien la duración, la práctica y las razones específicas difieren, todos los que ayunan tienen objetivos similares, como empatizar con los demás y limpiarse a sí mismos.
El ramadán es un mes especial por muchas razones; entre ellas, que el Corán fue revelado por primera vez al profeta Mahoma en los últimos 10 días de ramadán, llamados ‘Noches del Destino’. El propósito del ayuno en el islam es desarrollar la cualidad de la rectitud absteniéndonos de actos pecaminosos y entrenándonos para controlar nuestros pensamientos y deseos. Es una práctica profundamente espiritual que nos beneficia en cuerpo, mente y corazón. Al final de los 29 o 30 días de ayuno, llega una festividad de tres días llamada Aíd al Fitr, en la que los musulmanes hacen donaciones caritativas, van juntos a la oración matutina, se ponen ropa nueva y dan regalos o dinero, llamado Eidi. Pasamos los tres días visitando a nuestros familiares, compartiendo comidas y celebrando.
En este mes sagrado y noble, cada una de nuestras acciones (incluidos la respiración y el sueño) puede convertirse en una forma de oración. Aprovechamos la oportunidad para avanzar hacia nuestra meta de ser mejores personas de fe.
Una gran parte de la celebración del Ramadán consiste en preparar alimentos y poner decoraciones que comunidades enteras puedan disfrutar. Estas son algunas actividades imprimibles que hago con mis hijos, así como algunos libros que las familias con niños pequeños pueden disfrutar durante el Ramadán.
Decoraciones para bolsitas de golosinas de Ramadán
Estas decoraciones son perfectas para pegarlas a bolsitas de golosinas, como galletas, dulces o incluso dátiles, con los que los musulmanes suelen romper el ayuno. Encuentre las instrucciones y la plantilla para las decoraciones.*
Linternas de mesa de Ramadán
Las linternas son una decoración común del Ramadán. Son fáciles de imprimir y los niños las pueden decorar. Estas son las instrucciones paso a paso* y la plantilla de las linternas.* ¡Pueden decorarlas con patrones!
Linternas colgantes de Ramadán
Este diseño incluye un asa para que las linternas se puedan colgar en la casa. Estas son las instrucciones paso a paso* y la plantilla de las linternas colgantes.*
Sugerencias de libros de Ramadán
- It’s Ramadan, Curious George* (Es Ramadán, Jorge el Curioso) de 0 a 3 años, escrito por H. A. Rey e ilustrado por Hena Khan
- The Gift of Ramadan* (El regalo del Ramadán), de 4 a 8 años, escrito por Rabiah York Lumbard e ilustrado por Laura K. Horton
- Under the Ramadan Moon* (Bajo la luna de Ramadán), de 4 a 8 años, escrito por Sylvia Whitman e ilustrado por Sue Williams
- Lailah’s Lunchbox: A Ramadan Story* (La lonchera de Lailah: un cuento de Ramadán), de 6 a 8 años, escrito por Reem Faruqi e ilustrado por Lea Lyon
*Libros y recursos disponibles solo en inglés