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Tres juegos virtuales para mejorar cuatro tipos de atención

Primer plano de una niña escolar haciendo la tarea con la ayuda de una tableta digital. Está en casa sentada a la mesa de la cocina.
Concentrarse en las tareas puede ser difícil para los niños de cualquier edad, ¡y hasta para los adultos!
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Esta historia fue publicada en inglés el 3 de marzo de 2021.

Aunque prestar atención es una habilidad fundamental para el aprendizaje y el desarrollo social, los maestros a menudo observan que los estudiantes de todas las edades tienen una capacidad limitada para hacerlo durante el tiempo idóneo.

Esto tiene muchas causas. Para empezar, lo que los maestros requieren de los niños a veces no es adecuado para la edad de estos. También está el hecho de que los niños de hoy en día a menudo están absortos en tecnología altamente estimulante y generalmente pasiva.

De cualquier manera, los niños necesitan desarrollar la capacidad de prestar atención para tener éxito en la escuela.

¿Y qué significa prestar atención? Se trata de un concepto bastante amplio, ya que hay al menos cuatro tipos diferentes de atención: selectiva, sostenida, alternada y dividida.

Si el objetivo del maestro es ayudar a los estudiantes a mejorar su atención, el primer paso es averiguar con qué tipo de atención tienen dificultades. Aunque todas las actividades requieren al menos un tipo de atención, algunas son mejores que otras para ayudar a los niños a desarrollar la habilidad de enfocarse. A continuación, presentamos algunos conceptos básicos sobre los tipos de atención, junto con consejos y actividades virtuales que pueden ayudar a los pequeños estudiantes a desarrollarlos.

Atención selectiva

Es la capacidad de seleccionar o enfocarse en estímulos específicos e ignorar los estímulos que distraen o son irrelevantes. En la escuela, se espera que los estudiantes utilicen la atención selectiva con frecuencia. Esta habilidad se observa cuando:

  • El estudiante puede concentrarse en lo que su maestro está diciendo e ignorar los sonidos circundantes, como los susurros de sus amigos, el golpeteo de un lápiz o el zumbido del aire acondicionado.
  • El estudiante puede leer las instrucciones en la parte superior de la página e ignorar el texto que está debajo.

Jugar un juego de “¿Qué suena?” puede ayudar a los niños a desarrollar esta habilidad. El juego consiste en que los estudiantes se sientan en silencio a esperar un sonido. Cuando el sonido se escucha, tratan de adivinar qué objeto lo está produciendo. Una vez que lo adivinan, el objeto se revela. Los estudiantes no deben usar sus otros sentidos (al menos al principio), por lo que esta es una actividad ideal para un entorno virtual. Para aumentar el nivel de dificultad de la actividad, el maestro puede pedir a los estudiantes que mantengan los ojos abiertos mientras adivinan. Esto es difícil porque los niños tienen que tratar de ignorar cualquier estímulo que puedan ver, como a sus compañeros, y concentrarse en lo que están escuchando.

A los niños les encanta la expectativa, ¡y este juego la tiene! Cuando los estudiantes esperan algo importante, como un sonido desconocido, ponen toda su energía en prestar atención selectiva al momento presente. Otro beneficio es que los niños tienen que procesar lo que acaban de escuchar para adivinar la respuesta correcta. Esto se asemeja a la forma en que deben prestar atención selectiva a lo que dice el maestro y procesar esa información rápidamente para comprender o responder de manera adecuada. El procesamiento de la información puede ser complejo. Afortunadamente, con este juego los niños tienden a disfrutar esa dificultad porque es muy divertido.

Esta actividad se puede realizar virtualmente de varias formas. Si se hace durante una clase en vivo, los maestros pueden apagar la cámara de video mientras hacen el ruido o reproducir un clip de audio. También pueden cargar el clip de audio en una presentación o documento y pedir a los estudiantes que escriban el nombre del objeto cuando no estén en la clase virtual.

Los maestros deben motivar a los estudiantes a reflexionar sobre su rendimiento. Esto les enseña a dedicar un momento a reconocer lo que hicieron bien y lo que pueden mejorar. Las siguientes preguntas pueden alentar a los estudiantes a reflexionar sobre cómo se desempeñaron:

  • ¿El juego te pareció difícil o fácil? ¿Por qué?
  • ¿Qué te ayudó a escuchar con atención? ¿Te ayudó estar quieto y en silencio?
  • ¿Te gustó adivinar el objeto cuando tenías los ojos cerrados? ¿Y cuando los tenías abiertos? ¿Por qué?

Después de que los estudiantes hayan jugado el juego varias veces, los maestros pueden ayudarles a aplicar las habilidades aprendidas en otras actividades. Por ejemplo, si el maestro nota que un estudiante tiene dificultades para concentrarse durante un ejercicio de lectura en voz alta, puede recordarle que mantenga la calma o cierre los ojos, tal como lo hizo durante el juego de “¿Qué suena?”.

Atención sostenida

Nuestra capacidad de mantener la atención, es decir, de enfocarnos en algo durante un período sin distraernos, depende de muchos factores; entre ellos, los niveles de motivación, la cantidad y el tipo de distracciones que nos rodean y cómo nos sentimos (cansados, ansiosos, hambrientos, etc.). Los maestros pueden ayudar a mejorar la atención sostenida de los estudiantes animándolos a escoger actividades o estrategias que los ayuden a concentrarse.

Esta actividad de “ayudantes de la atención” puede ser útil. Para empezar, los maestros pueden mostrar a los niños ejemplos de actividades que nos ayudan a mantenernos enfocados en las tareas. Luego, los estudiantes pueden compartir ejemplos propios. Seguidamente, la clase decide por votación si cada estrategia es útil o no. Las estrategias aprobadas, llamadas “ayudantes de atención”, se pueden poner en un diagrama con imágenes de lo que conlleva cada una de ellas. Por ejemplo, si el diagrama dice “pausa de movimiento”, debe haber una imagen de un niño saltando o bailando. Cuando el diagrama esté completo, el maestro puede mostrarlo antes de alguna actividad y preguntar a los estudiantes qué estrategia usarán para tratar de concentrarse.

Al crear un espacio donde los estudiantes aprenden que la atención se puede mejorar, se les brindan herramientas para resolver problemas por sí mismos cuando notan que su atención está fluctuando.

El diagrama ilustrado también es una excelente forma de manejar conductas inadecuadas en el aula virtual porque les recuerda a los estudiantes que no se están enfocando que pueden usar un “ayudante de atención” y tomar mejores decisiones para concentrarse. Por ejemplo, el maestro podría decirle a un estudiante: “Te mueves/hablas mucho con tus amigos durante la lección de matemáticas. ¿No crees que necesitas un ayudante de atención que te ayude a concentrarte?”.

Atención alternada y dividida

La atención alternada es cuando prestamos atención a una tarea y luego cambiamos nuestro enfoque a otra. Aunque las tareas sean diferentes, podemos alternar fácilmente entre una y otra. La frecuencia con la que se espera que los niños utilicen la atención alternada durante las lecciones es sorprendente. Estos son algunos ejemplos:

  • Durante la lección de lectura, el estudiante escucha al maestro hablar, por lo que pasa su enfoque de leer a escuchar. Cuando el maestro deja de hablar, el estudiante vuelve a la lectura.
  • Durante la clase de ciencias, el estudiante observa al maestro sacar todos los materiales necesarios para un experimento. Entonces cambia el foco de atención a obtener sus propios materiales. Una vez que los obtiene, vuelve su atención al maestro para ver cuál es el siguiente paso.

La atención dividida también ocurre cuando intentamos hacer dos o más tareas simultáneamente. Básicamente se trata de realizar múltiples tareas a la vez, que es una habilidad muy avanzada. Que un estudiante pueda hacer varias cosas a la vez no significa que esté trabajando de manera eficiente o que su participación sea la adecuada. Estos son algunos ejemplos de cómo se espera que los estudiantes apliquen la atención dividida en la escuela:

  • Al cantar y bailar una canción.
  • Al escuchar lo que el maestro dice mientras leen la información en la pizarra o en la pantalla.
  • Durante el almuerzo, al masticar la comida mientras escuchan a un amigo.

Dividir la atención básicamente significa que alternamos entre dos o más tareas muy rápidamente. Esto es posible porque al menos una de esas tareas es conocida, lo que permite que el cambio se realice con rapidez y facilidad. Por ejemplo, una persona puede caminar y hablar al mismo tiempo porque esas tareas le son conocidas. Sin embargo, si la persona debe realizar una tarea desconocida, como responder a una pregunta difícil e inesperada, su capacidad de caminar y hablar al mismo tiempo se verá disminuida porque su cerebro tiene que hacer más esfuerzo para superar el desafío. Por lo tanto, al trabajar con estudiantes, puede ser útil enfocarse primero en mejorar su atención alternada y, una vez que se familiaricen con una actividad, trabajar en su atención dividida.

Jugar el juego “Veo, veo un sentimiento” es una forma divertida de practicar la atención alternada y dividida. En esta actividad, los estudiantes prestan atención a una historia y luego tratan de identificar el sentimiento que está experimentando el personaje por medio de figuras de caritas. Por ejemplo, si el maestro lee: “Juanito se despertó y vio regalos en la mesa”. Los estudiantes levantan la figura de la carita feliz o emocionada. Si el maestro lee: “Jessica y Rebeca comenzaron a discutir”, los estudiantes puedan levantar la figura de la carita enojada o triste.

Esta actividad funciona para la atención alternada porque los niños deben enfocarse en lo que se dice y luego pasar la atención a elegir la carita correcta. Es particularmente útil para los estudiantes en edad escolar porque también aumenta el aprendizaje socioemocional.

El juego “Veo, veo un sentimiento” funciona muy bien durante las lecciones virtuales en vivo. Sin embargo, podría modificarse para el aprendizaje virtual que no se da en vivo. Por ejemplo, un educador podría usar un documento en Word para crear una historia e incluir secciones para que los estudiantes inserten las caritas apropiadas a medida que van leyendo.

A veces los estudiantes no captan cuando un personaje está experimentando un sentimiento. Los maestros pueden alentarlos a pensar en lo que está sucediendo con el personaje diciéndoles: “¡Veo, veo un sentimiento! ¿Puede alguien mostrarme lo que [el personaje] está sintiendo?”.

Aunque esta actividad se centra en los sentimientos, el concepto se puede utilizar de otras formas. Por ejemplo, en lugar de que los estudiantes muestren una carita en respuesta a lo que escuchan, podrían mostrar un pulgar hacia arriba o hacia abajo. También es una estrategia útil para conversar sobre cuáles comportamientos son aceptables y cuáles no cuando estamos en el aula o cuando hacemos amigos.

Los maestros deben tener en cuenta que a veces los niños pueden necesitar apoyo fuera del aula. Si un maestro nota que un estudiante tiene dificultades, en las escuelas hay varios profesionales, como terapeutas ocupacionales y del habla, que pueden ayudar. No olvidemos que el aprendizaje no es instantáneo. Un poco de ayuda y comprensión pueden dar excelentes resultados.