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¿Qué es el habla matemática?

Pareja interracial compra comestibles con su hija en edad preescolar que está contando verduras.
Una niña en edad preescolar ayuda a sus padres a contar los pimientos rojos que necesitan comprar en la sección de verduras del supermercado.
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Mi hija en edad preescolar y yo estábamos jugando con tiza en la acera. “¿Qué color te gustaría?”, me preguntó. Al observar las opciones, noté que agrupaba la tiza por tamaño: pedazos pequeños y astillados en una pila y pedazos más grandes en otra. Reorganizamos las piezas en patrones y pensamos en otras formas de agrupar, contar y ordenar la tiza. Nuestra tarde dibujando arcoíris en la acera se convirtió en una experiencia de aprendizaje por el simple hecho de prestar atención a las matemáticas y conversar al respecto.

El habla matemática son las palabras que usamos para señalar conceptos matemáticos básicos en la vida cotidiana de los niños. Hablar en voz alta es una forma clave de apoyar a su niño a medida que este aprende habilidades sociales, lingüísticas y matemáticas que son esenciales antes del kinder. Las investigaciones demuestran que hablar, leer o cantarles a los niños pequeños, incluso antes de que puedan hablar, es una de las mejores maneras de apoyar el desarrollo precoz del cerebro* y preparar el camino para el éxito académico.

El habla matemática es un concepto sencillo que implica hablar sobre las matemáticas en voz alta. No es necesario ser maestro de preescolar, tener un título en matemáticas ni reservar un tiempo específico para hacerlo. Usted puede reforzar las conversaciones cotidianas agregando un poco de matemáticas al diálogo. Cuando el vocabulario matemático se incorpora a las experiencias lingüísticas, ayudamos a los niños a percibir las matemáticas por todas partes, según la Development and Research in Early Math Education Network (Red de Desarrollo e Investigación en Educación Matemática Básica).

Como el primer maestro de su niño, usted ya tiene la experiencia, las destrezas y los recursos para usar “el habla matemática” de manera constante y frecuente. Puede comenzar por crear pequeñas oportunidades para usarla durante las rutinas diarias.

  • En el desayuno, formen patrones con los alimentos en sus platos,* por ejemplo, cereal, rebanada de banano, cereal, rebanada de banano. Podría preguntarle al niño: “¿Puedes crear un nuevo patrón en tu plato?” o hablar en voz alta mientras reorganiza la comida por color o tamaño.
  • De camino al centro preescolar, observen que los edificios, los letreros y los automóviles están “al lado”, “enfrente” o “encima” los unos de los otros. Estos términos fomentan la orientación espacial (que también se conoce como palabras de ubicación y posición) y los conceptos direccionales.
  • Durante los entrenamientos deportivos, señalen las formas en que el entrenador organiza a los jugadores y a los implementos deportivos por sus atributos o hablen sobre las características utilizadas para describir un grupo de objetos. Digan el número de camiseta de un jugador o los puntos anotados. Observen la forma de la cancha y los espacios circundantes.
  • Al caminar por el supermercado, busquen figuras geométricas como cajas rectangulares de cereales, latas redondas de sopa y la parte superior triangular de un cartón de leche. Cuenten los artículos en voz alta y digan juntos el número en la etiqueta del precio.
  • A la hora de cada comida, hablen sobre cada paso durante la preparación. Pídale a su niño que cuente o mida los ingredientes. Ordenen los pasos en el proceso desde el primero, el segundo, el tercero y así sucesivamente. Dividan las porciones en platos y comparen los tamaños usando términos como “mayor que”, “menor que” o “igual a”.
  • Al leer antes de acostarse,* cuenten y ordenen los libros desde el primero, el segundo, hasta llegar al último. Recuerde: leer y hablar son excelentes pronosticadores del éxito académico. Lean libros juntos siempre que sea posible. Encuentren figuras geométricas, cuenten caracteres u observen los patrones en las palabras para divertirse más con las matemáticas.

Una vez que incorpore las matemáticas a sus rutinas diarias, quizá descubra lo fácil que es continuar las conversaciones durante otras experiencias de aprendizaje.

¡Hágalo entretenido!
¡Destaque cómo las matemáticas pueden ser divertidas! Convierta las oportunidades de aprendizaje en juegos siempre que pueda. “¿ Cuántos autos verdes podemos ver de camino a la escuela?”. Usen términos de ubicación cuando jueguen al escondite. Puede preguntarle al niño: “¿Te escondiste al lado del árbol? ¿Estás debajo del escritorio?”. Cuente y reste las sillas durante un juego de sillas musicales diciendo: “Si quitamos una silla, ¿cuántas nos quedan?”.

Hable mientras repara algo en la casa
¡Conviértase en un matemático-reparador-superpadre! A los niños que aún no hablan, explíqueles el proceso en voz alta con un lenguaje orientado a las matemáticas. Por ejemplo, “En este momento, estoy cambiando la bombilla que está debajo de la pantalla de la lámpara. Ahora quedan tres bombillas nuevas en la caja que podemos usar la próxima vez”. Frases como estas promueven el sentido numérico. Tenga conversaciones orientadas a las matemáticas con su niño haciéndole preguntas o dándole indicaciones como: “¿Cuántas bombillas podemos encontrar en la casa?”.

Matemáticas en las fiestas
Las ocasiones especiales están llenas de oportunidades para hablar de matemáticas. ¿Cuántos invitados asistirán? ¿Dónde debería sentarse cada uno? ¿Cuál será el orden de las actividades? ¿Qué figuras geométricas vemos al colgar las decoraciones? Puede resaltar el habla matemática durante los preparativos o dejar que su pequeño tome la iniciativa y señale las matemáticas a la familia.

Estos son algunos consejos que se deben tener en cuenta cuando intente el habla matemática con su familia:

  1. Use cualquier idioma.* Cuanto más frecuentemente hable con sus niños sobre las matemáticas en casa, en el idioma con el que se sienta más cómodo, más pensarán sus mentes sobre las matemáticas, dice la National Association for the Education of Young Children (Asociación Nacional para la Educación Infantil).
  2. Hable a menudo. Cuanto más pueda incorporar los conceptos y lenguaje matemático a sus conversaciones, más robusta será la confianza y conciencia matemática de los niños al entrar a la escuela.
  3. No se presione. Usted desempeña muchas funciones y hace muchas cosas a la vez todos los días. Afortunadamente, no necesita sentirse abrumado por el habla matemática. Sucederá con naturalidad una vez que comience a prestar atención a las matemáticas a su alrededor. Celebre sus logros como cuidador y tenga confianza en sí mismo y en sus habilidades matemáticas.
  4. No se complique. No se puede esperar que nuestros preescolares entiendan conceptos matemáticos complejos rápidamente. Los niños aprenden las matemáticas por etapas. Por ejemplo, un niño debe aprender a contar del 1 al 10 en el orden correcto antes de que pueda responder adecuadamente a una pregunta sobre cuántos objetos tiene. Estas etapas pueden ser rápidas o durar algún tiempo, y los niños no siempre dominan una etapa antes de pasar a la siguiente. Recuerde mantener conversaciones sencillas, a un nivel adecuado para la edad del niño y que fomenten su pensamiento.

¿Necesita un repaso rápido de conceptos matemáticos básicos?

Cuanto más comprenda las matemáticas, más confianza sentirá en su papel y en su capacidad de usar el habla matemática a diario. Utilice nuestros recursos para obtener más información sobre la orientación espacial y las palabras utilizadas para describir la posición de un objeto con respecto a otro, repasar el sentido numérico, contar, comparar y ordenar números, y aprender todo lo que su niño necesita saber acerca de los patrones. Consulte los términos esenciales en el glosario de figuras geométricas o el glosario de clasificación y recopilación.

Ya sea que esté conversando sobre agrupar un conjunto de objetos en la caja de juguetes o midiendo los ingredientes para la cena, todas estas pequeñas conversaciones sobre matemáticas cuentan.

*Recurso disponible solo en inglés.