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Practique la agrupación con sus niños reciclando, haciendo donativos y comprando vegetales locales

Familia en la cocina recicla papel y plástico. Actividad de clasificación y recolección de matemáticas en familia.
Además de reciclar, anime al niño a pensar en cómo reducir los desechos del hogar de manera sostenible. | FangXiaNuo/Getty Images
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Los adultos aplican el pensamiento matemático y la resolución de problemas todo el día sin siquiera darse cuenta. Tareas simples, como clasificar el reciclaje, elegir qué verduras comprar según lo que se cultiva localmente o recolectar artículos en la casa que se pueden donar, se convierten en hábito.

Estas son tres formas simples de aumentar los conocimientos de clasificación y recolección de los niños, que a la vez les enseña a ser personas más comprometidas.

Reciclar

El reciclaje es solo una de las muchas formas en que podemos lidiar con los desechos, pero es fundamental centrarse en reducirlos para que haya menos necesidad de reciclar. Sin embargo, el reciclaje sigue siendo parte de nuestros esfuerzos y es excelente para enseñar a los más pequeños sobre la clasificación.

Primero, enjuague y retire cualquier parte con bordes afilados de las latas. A continuación, coloque diversos artículos que se puedan reciclar en la mesa o el suelo. Dependiendo de dónde viva, asegúrese de averiguar cuáles materiales son reciclables. Antes de comenzar, investiguen juntos y vean un video fácil, como Por qué reciclamos* de El vecindario de Daniel Tigre. Mientras lo ven, hágale preguntas al niño, como: “¿Puedes encontrar algo que esté hecho de plástico? ¿Cómo sabes que es de plástico? ¿Puedes encontrar papel? ¿Para qué usamos el papel?”. Pregúntele al niño cuál categoría tiene más o menos objetos (por ejemplo, plásticos o metales) y por qué. Por ejemplo, podría decirle: “Veo que tenemos cinco latas porque comemos sopa enlatada todo el tiempo, pero solo tenemos dos botellas de plástico porque tratamos de usar botellas reutilizables cuando salimos”.

Anime al niño a pensar en formas de reducir los desechos en el hogar de manera sostenible, tales como hacer sopa casera una vez por semana y congelarla o hacer limonada casera en lugar de comprar la que viene en botellas de plástico. Aumente el aprendizaje (y la diversión) guardando algunos de los materiales reciclados para crear arte con tapas de botellas o cartones.

Donar

Los niños pequeños pueden poner en práctica sus conocimientos de ordenamiento y clasificación revisando juguetes viejos, ropa y enseres domésticos y separándolos en pilas de artículos que les gustaría donar. Pueden donarlos a un fondo de ayuda mutua, vecino u organización comunitaria.

Ayude al niño a clasificar los objetos con estos ejemplos de categorías:

  • Cosas que me gustaría conservar / Cosas que me gustaría donar
  • Cosas con las que juego mucho / Cosas con las que no juego
  • Ropa que me queda / Ropa que no me queda
  • Juguetes suaves / Juguetes duros
  • Juguetes grandes / Juguetes pequeños

Una vez que hayan reunido las cosas que quieren donar, pídale al niño que observe cuáles objetos son de tamaños, formas, colores o texturas semejantes y anímelo a colocarlos en grupos basados en atributos semejantes o diferentes. Por ejemplo, los juguetes blandos pueden ir en una canasta y los juguetes duros en otra. Los artículos grandes se pueden dejar afuera, mientras que los pequeños, como los bloques de LEGO, se pueden colocar en bolsas pequeñas para transportarlos fácilmente. Hable con el niño de por qué es importante ayudar a los miembros de la comunidad* donando lo que ya no se usa.

Clasificar los comestibles

Mientras preparan la cena, pídale al niño que observe el tamaño, la forma, el color y la textura de las frutas y verduras con preguntas como: “¿Puedes ayudarme a encontrar el brócoli para hacer el salteado? ¿Cómo es el brócoli?”. Luego, pídale que le ayude a preparar la comida y anímelo a probar diferentes frutas y verduras mientras va señalando los atributos relacionados con lo que ve, huele, toca, oye y prueba. También pueden agrupar las frutas o las verduras que tengan características similares; por ejemplo, el brócoli y la coliflor tienen una textura similar, aunque una sea blanca y la otra sea verde.

Acepte las ideas del niño y anímelo a pensar cómo se pueden agrupar las frutas y las verduras de otras maneras. Amplíe el aprendizaje llevando al niño a una granja local o viendo videos en casa. Por ejemplo, en el video Cultivo de verduras en Alaska* de Molly of Denali, exploramos cómo crecen las plantas en diferentes lugares y el impacto de los huertos comunitarios. Mientras lo ven, pídale al niño que piense en las conexiones y clasificaciones de los alimentos que obtenemos de las huertas y las granjas; por ejemplo, la leche, el queso y el helado usualmente provienen de la leche de vaca, mientras que las zanahorias, los nabos y las remolachas son tubérculos.

*Recursos disponibles solo en inglés

Extienda el conocimiento de la agrupación y clasificación de su niño con estos recursos: