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Lo que un autobús mágico puede enseñarnos sobre la educación científica

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Esta historia fue publicada en inglés el 1 de septiembre de 2020.

Este artículo se publicó originalmente en el blog Science Matters* (La ciencia importa) de la National Science Foundation (Fundación Nacional de Ciencias)

Esta excursión ha salido terriblemente mal.

Un autobús escolar lleno de estudiantes de tercer grado se encuentra varado, sumergido en una sustancia densa y pegajosa y sin forma de escapar. Entonces a alguien se le ocurre una idea. Agregan bicarbonato de sodio a un frasquito de vinagre y le colocan un globo en la parte superior. La mezcla de las dos sustancias provoca una reacción química inmediata que produce dióxido de carbono; este infla el globo y los eleva a un lugar seguro. Los estudiantes de la Srta. Frizzle han aplicado la ciencia una vez más para salir de un apuro, esta vez en forma de pastel.

Hace veinte años, Alex Peterson, de 4 años, estaba pegada a su asiento viendo cómo la Srta. Frizzle y su clase escapaban de un pastel y se salvaban de ser horneados, en el episodio Ready, Set, Dough de The Magic School Bus (El autobús mágico).

Cartoon of a woman and a lizard riding in a yellow school bus. On top, there are the words "Take chances, make mistakes and get messy!"
The Magic School Bus fue uno de los primeros programas de PBS financiados por la NSF.| PBS KIDS #PBS50

“Me encantaba hornear cuando era niña. Al ver cómo se formaban esas burbujas de aire, de inmediato entendí que la química es la que hace los pasteles, y supe que a eso me quería dedicar”, dice Peterson, actualmente una estudiante de doctorado en bioquímica de la Universidad de Maryland. “Tengo un recuerdo muy claro del tercer grado: miraba el horario y contaba el tiempo que faltaba para la clase de ciencias porque estaba impaciente por hacer experimentos en la vida real”.

En su laboratorio universitario, Peterson estudia las enzimas que forman la biopelícula, una acumulación viscosa de microorganismos que puede crecer en todo tipo de superficies, desde dientes y edificios hasta marcapasos y estanques. La científica está buscando una manera eficaz de descomponer esa sustancia particularmente impenetrable, que puede dificultar que los medicamentos lleguen a las infecciones para curarlas. Si se hallara la forma de reducir las biopelículas, los tratamientos podrían ser más efectivos. Cuando se le pregunta qué efecto tuvo The Magic School Bus en su profesión escogida, Peterson dice: “Con toda seguridad es la razón por la que soy química”.

A composite of two photos: on the left, a young woman in a lab coat smiles and on the right, the woman is dressed in a costume featuring an orange dress and a blue dress covered in suns. She holds a cat dressed in a green costume.
Alex Peterson en su laboratorio (izquierda) y disfrazada de la Srta. Frizzle con su gata disfrazada de Liz para Halloween (derecha). | Cortesía de Alex Peterson

Hace veinticinco años, The Magic School Bus, un libro de la editorial Scholastic, salió de la página escrita para entrar en nuestros televisores y trajo consigo un credo que enfatizaba correr riesgos, cometer errores y ensuciarse. El apoyo de la National Science Foundation (NSF) ayudó a llevar la célebre serie de libros a las emisoras de televisión y a los espectadores jóvenes como Peterson, que se sentaban en el piso a ver el programa desde salas de estar de todo el país.

Sandy Welch era la directora de educación de PBS cuando la cadena adquirió The Magic School Bus para su cartera de programación infantil.

“Estábamos entusiasmados porque era el primer programa de ciencia completamente animado”, dice Welch. “Me fascinaba que saliera una maestra, y no cualquier maestra: ¡La Srta. Frizzle era un encanto!”.

Welch dice que la Srta. Frizzle ayudó a inspirar a los maestros a usar la programación en sus aulas.

Actualmente, Welch es parte de una división en la dirección de educación de la NSF dedicada a financiar programas mediáticos infantiles que se enfocan en la educación STEM (sigla en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). La división apoya el esfuerzo que la fundación ha hecho durante varias décadas para estimular el aprendizaje científico fuera del aula, que es donde se aprende más, según lo demuestran las investigaciones.*

Cartoon of three children, a purple bird and a male teacher in an office.
La pandilla de Cyberchase les enseña a los niños lo divertidas y emocionantes que pueden ser las matemáticas.| PBS KIDS

“Sabemos que los niños aprenden intuitivamente y que gran parte de esto sucede en un entorno informal”, dice Welch.

La NSF apoya una amplia gama de programas informales de STEM en museos,* programas extraescolares y proyectos de ciencia ciudadana. Con los medios de comunicación masiva, sin embargo, existe el potencial de llegar a millones de personas.

Según Welch, para que la NSF financie un programa mediático, este debe cumplir requisitos muy estrictos. Los creadores deben demostrar que el concepto se desarrolló con base en el conocimiento existente de las mejores prácticas en educación STEM y de la forma en que los niños aprenden a través de los medios de comunicación. Deben tener metas claramente definidas sobre cómo interesar, involucrar e impactar a los estudiantes. Deben tener una forma de evaluar el impacto del programa.

Y deben ser innovadores.

“Nuestro programa establece explícitamente que queremos financiar la innovación”, dice Welch. “Estamos buscando propuestas que experimenten con nuevas tecnologías, nuevos enfoques, nuevas plataformas de distribución. Estamos dispuestos a financiar cosas que podrían ser arriesgadas, por ejemplo, una nueva plataforma que no se ha probado pero que parece prometedora”.

The Magic School Bus, 3-2-1 Contact, Reading Rainbow, Zoom y Bill Nye the Science Guy fueron algunos de los primeros programas financiados por la NSF que adoptaron un enfoque innovador para dar vida a la ciencia en la pantalla chica.

Hoy en día, programas financiados por la NSF como Cyberchase,* SciGirls,* El mundo divertido de Peep, Peg + Cat,* Design Squad,* Splash and Bubbles* y otros continúan abriendo camino en el aprendizaje científico de los niños a través de los medios.

Four tween girls pose dressed up in space suits.
Las SciGirls posan vestidas con trajes espaciales. | PBS KIDS

El mundo divertido de Peep, por ejemplo, fue uno de los primeros programas en mostrar que los niños pequeños podían aprender conceptos y habilidades científicas básicas como medir, comparar y estimar a través de programas de televisión dirigidos a ese grupo de edad.

SciGirls se lanzó en respuesta al hecho de que en los Estados Unidos las mujeres siguen insuficientemente representadas en los campos STEM, especialmente en ingeniería e informática. El programa atrae a los espectadores preadolescentes a los campos STEM a través de un grupo de niñas del mundo real que predicen, observan, experimentan y en general ven el mundo que las rodea con ojos de científicas para poder entenderlo.

Muchos de los programas de hoy en día también se han adaptado a un mundo de multimedios y dispositivos móviles y han expandido su programación televisiva con contenido innovador en la web, así como aplicaciones descargables. Los niños que aman Cyberchase, un programa diseñado para hacer que las matemáticas sean divertidas y accesibles y que la NSF ha financiado desde finales de los años 90, ahora pueden tener acceso a juegos,* videos* y actividades prácticas* educativas a través de la página web de Cyberchase en el sitio web de PBS Kids y también mediante aplicaciones. La página web de Design Squad, otro programa de PBS financiado por la NSF, ofrece videos cortos* sobre cómo hacer de todo, desde un coche de dos ruedas impulsado por un globo* hasta minirobots hechos de cabezales de cepillos de dientes.*

A través de personajes de TV como Peep, Peg y Digit y con acceso a actividades prácticas y otros contenidos científicos innovadores, la NSF garantiza que la programación científica de calidad llegue a las nuevas generaciones de niños como Alex Peterson, inspirándolos a convertirse en científicos o, al menos, a correr riesgos, cometer errores y ensuciarse.

*Recurso disponible solo en inglés.