Jugar es el trabajo de los niños: cuatro razones por las que los padres también lo necesitan
Juguemos un juego.
Cierre los ojos. (Es broma, entonces no podría leer este artículo).
Mantenga los ojos abiertos. Deje que su mente se ponga en blanco.
¿Cuáles son las primeras palabras que le vienen a la mente cuando digo la palabra JUGAR?
J-U-G-A-R
Muchas personas asocian “jugar” con “niños”, ¡y con buena razón! Los niños están programados para aprender a través del juego. Utilizan juegos y actividades de simulación (también llamadas juego dramático) para encontrarle sentido al mundo y desarrollar destrezas vitales. La educación preescolar de alta calidad se basa en el juego, y los niños sanos pasan la mayor parte de su tiempo jugando de varias maneras: juego rudo, juego dramático, juego constructivo, juego expresivo y juego con reglas. Se ha dicho que jugar es el trabajo de los niños.
Pero el juego no es solo para niños. Es importante para todos los mamíferos: perros, delfines, leones, tigres, osos y adultos humanos también. Todos necesitamos jugar.
Esto contrasta con otra percepción popular del juego. Muchas personas asocian “jugar” con “lujo”, como si fuera algo “lindo de tener”, no “necesario de tener”. Tienden a pensar que solo las personas con cargas livianas de trabajo o ingresos disponibles pueden darse el lujo de jugar; el juego no es para personas que trabajan largas horas solo para poder llegar a fin de mes.
¿Por qué los adultos necesitan jugar?
Pero jugar no es un lujo. El juego es una necesidad. Incluso ahora. Especialmente ahora. Estas son cuatro razones por las que usted, un adulto de pleno derecho, debería jugar:
Alegría
El juego, por definición, crea alegría. El trabajo pesado y los factores estresantes son fáciles de encontrar y, a menudo, imposibles de evitar. Para equilibrar esa ecuación, o incluso para salir adelante, necesitamos abundantes dosis de alegría.
La alegría es poderosa. Alivia el estrés y la depresión. Contribuye a nuestra sensación de bienestar físico y aumenta nuestra capacidad de combatir infecciones. Nos aterriza en el glorioso presente y nos conecta con nosotros mismos. Mejora nuestra energía y nuestra perspectiva, ayudándonos a iniciar, mantener y enriquecer las relaciones.
Relaciones
El juego fortalece las relaciones. Aun cuando el juego ocurra de forma solitaria, como en la construcción de modelos y en Candy Crush, los jugadores suelen participar en comunidades de práctica. Una comunidad de práctica es un grupo de personas que comparten un interés común y se reúnen, ya sea en persona o virtualmente, para hablar de ello. Buscan y ofrecen consejos, comparten “historias de guerra”, celebran victorias, hacen bromas entre ellos y, a veces, hasta se reúnen para jugar simultáneamente.
Pero el juego generalmente se disfruta con al menos otra persona, lo que brinda una oportunidad para que los compañeros de juego se unan. Debido a que el juego desbloquea nuestro verdadero yo, los lazos forjados tienden a ser fuertes.
Las relaciones son poderosas. De acuerdo con el Estudio sobre el Desarrollo de Adultos de Harvard,* uno de los estudios más largos de la vida adulta jamás realizado, las relaciones nos mantienen más felices y saludables. Las buenas relaciones son la piedra angular de una vida bien vivida.
Perspectiva
El juego ofrece diferentes puntos de vista desde los que ver el mundo. Cuando el juego nos hace encarnar a otro personaje, como en el juego dramático o en los videojuegos de primera persona, ese cambio de perspectiva es literal y puede enriquecer nuestro sentido de humanidad. Pero esa no es la única forma en que el juego proporciona perspectiva.
El juego ofrece lentes y metáforas. Por ejemplo, los jugadores de fútbol pueden recurrir consciente o inconscientemente a su entrenamiento para encontrarle sentido al mundo: pueden leer el lenguaje corporal durante una reunión y saber que se avecina un “bombardeo”. Es posible que se esfuercen todos los días en el trabajo porque creen en “dejarlo todo en la cancha”.
El juego también altera el statu quo. Debido a que el juego tiende a ser absorbente, los jugadores tienen que dejar lo que estaban haciendo antes de jugar. Cuando el juego concluye, los jugadores pueden elegir si reanudan sus actividades y cómo. Con la vista fresca, pueden captar una forma mejor de abordar una tarea tediosa. Ese período de juego que eleva las endorfinas y brinda apoyo social puede ayudarles a darse cuenta de que lo único que estaban logrando al preocuparse incesantemente era sentirse miserables.
La perspectiva es poderosa. Para citar al célebre autor de autoayuda Wayne Dyer, “Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian”.
Crecimiento
El juego desarrolla nuestras mentes y cuerpos. Motiva el pensamiento estratégico, como en el ajedrez y el póquer. Aprovecha la creatividad, como en las charadas y las manualidades. Para los deportistas entre nosotros, desarrolla músculos y mejora el funcionamiento físico.
El crecimiento es poderoso. Es lo que nos mantiene vitales y capaces de adaptarnos.
¿Qué es el juego cooperativo?
Y si esas razones no son lo suficientemente convincentes como para alentarlo a integrar el juego en su vida cotidiana, ¿qué pasaría si pudiera ofrecerle una solución que brinde todos estos beneficios y además enriquezca el desarrollo sano de su niño?
Se llama juego cooperativo. Es correcto. Juegue con su niño. Estos son tres consejos para ayudarlo a comenzar:
La calidad cuenta
El juego cooperativo no requiere de innumerables horas o un cuidador dedicado. Tan solo 15 minutos de conexión enriquecedora pueden ser suficientes para obtener los beneficios del juego mencionados anteriormente; a saber, alegría, relaciones, perspectiva y crecimiento, tanto para usted como para su niño.
La conexión enriquecida requiere centrarse únicamente en su niño y en el juego, sin tratar de realizar múltiples tareas o estar atento a su teléfono. Una conexión enriquecida se siente como afecto coincidente o estar emocionalmente al mismo nivel. Esta presencia y alineación les permite a los dos deleitarse con la belleza del otro y la diversión que crean entre ambos.
Suelte el control
En su vida cotidiana, probablemente esté tomando la mayoría de las decisiones. Por lo tanto, dele a su niño la oportunidad de tomar el liderazgo, e incluso de “controlarlo” a usted dentro de ese contexto de juego. Esto le da a su niño la oportunidad de disfrutar del poder (¡qué sensación tan deliciosa!) sin costo alguno para sus reglas familiares u horario diario. Le puede ayudar al niño a desarrollar habilidades de liderazgo, confianza en sí mismo y destrezas de comunicación, y puede reducir el rechazo cuando usted afirma su autoridad fuera del juego. También proporciona un vistazo fascinante a la forma en que funciona la mente de su niño, lo que puede ayudarlo a ser un padre más eficaz.
Alabe el proceso
Durante el juego o después de él, reflexione sobre la experiencia con su niño. Explique por qué aprecia ciertas decisiones que tomaron. Hable sobre las habilidades que su niño demostró. Pregunte sobre sus ideas y recuerde momentos divertidos con risa. Si hubo algún conflicto, puede explicar por qué le pareció que algo fue problemático y reafirmar las estrategias para tomar mejores decisiones en el futuro. Esta cálida reseña ayuda a su niño a comprender cuánto disfrutó pasar tiempo con él y qué tipo de comportamientos y cualidades valora usted en su familia.
Estamos viviendo tiempos extraordinariamente difíciles. Creo que, cuando ocurre una crisis, la única forma de superarla es juntos, y la mejor manera de disfrutar de la unión es a través del juego.
Por lo tanto, ¡vamos a mantener la calma y seguir adelante!