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Cómo enseñarles a los niños habilidades de amistad básicas en casa

Un hombre y una niñita leen juntos en un sofá con caras de asombro.
Leer cuentos juntos es excelente para enseñar habilidades socioemocionales porque los niños están expuestos a una variedad de historias de personajes.
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Publicado en inglés el 2 de marzo de 2021.

El primer vínculo que los niños establecen es con sus cuidadores.

Aunque parezca trivial, es justo lo que prepara a las personas para que tengan buenas habilidades socioemocionales. Ese mismo vínculo ayuda a los bebés (y con el tiempo, a los niños), a conectarse con sus cuidadores. A medida que el niño crece, los cuidadores lo van guiando para que desarrolle más esas habilidades.

Dependiendo de la edad del niño, las habilidades socioemocionales apropiadas pueden incluir expresar cómo se siente, reconocer cuando alguien está triste y comprender que las personas tienen opiniones y pensamientos diferentes a los suyos.

Estas habilidades fundamentales son esenciales para dar el siguiente paso en el trayecto socioemocional de todo niño: hacer amigos.

A veces, los niños tienen dificultades para hacer o mantener amigos porque sus habilidades socioemocionales aún no están desarrolladas. Otras veces, hacer nuevos amigos les resulta difícil. Esto puede tener graves implicaciones para la salud y el bienestar del niño, ya que la socialización es vital para el desarrollo infantil.

Afortunadamente, las habilidades socioemocionales se pueden aprender y practicar fácilmente en casa, lo que tiene sentido, ya que es ahí donde nacen. Para comenzar, pruebe las siguientes actividades para entrenar los músculos socioemocionales de su niño.

Lean cuentos juntos

Los cuentos son excelentes para aprender habilidades socioemocionales porque exponen a los niños a diversas situaciones de una manera segura, cómoda y accesible. Cuando lea cuentos con el niño, vaya despacio y haga pausas frecuentes para hacer preguntas. Estas pueden ser sobre el uso de palabras para identificar sentimientos y situaciones, predecir cómo reaccionarán los personajes y resolver problemas. Pruebe las siguientes preguntas la próxima vez que lea un cuento con su niño:

  • ¿Cómo crees que se sienten los personajes en este momento?
  • Antes de pasar la página, ¿qué crees que va a pasar?
  • ¿Crees que estos dos personajes son amigos? ¿Por qué?

Los cuidadores deben tener en cuenta que los niños necesitan poder trasladar lo aprendido en una situación (como leer un cuento) a otra diferente. Por ejemplo, si un niño lee un cuento sobre un personaje que aprende a controlar su enojo, podría ser útil mencionarlo cuando el niño está enojado mientras interactúa con otros niños. Los niños que pueden generalizar la información aprendida de los cuentos a situaciones de la vida real tienen más probabilidades de aplicar esas habilidades fuera del hogar, como cuando están en la escuela o con sus amigos.

Practiquen los límites

¿Alguna vez ha visto a un niño enojarse porque alguien se puso a jugar con uno de sus juguetes? O tal vez haya presenciado a un adolescente al que le cuesta decirles “no” a sus amigos porque no quiere que se burlen de él. Estos ejemplos demuestran que los niños de todas las edades tienen límites, pero tienen dificultades para comunicárselos a los demás.

No saber poner límites puede causar tensión en cualquier relación de amistad, independientemente de la edad de los niños.

Los cuidadores pueden ayudar a desarrollar esa habilidad en el hogar modelando cómo establecer y aceptar límites de manera adecuada. Al enseñar a los niños a poner límites, trate de tener en cuenta lo siguiente:

  • Hay diferentes tipos de límites que los niños pueden establecer con otras personas, incluidos sus amigos. Los cuidadores pueden enseñarles esto leyendo diversos libros y luego conversando con ellos sobre qué límites específicos podrían establecer y con quién. Los siguientes libros pueden ser útiles:
  • Recuérdele al niño con frecuencia que expresar lo que quiere y lo que no quiere es sano, y que no se meterá en problemas por hacerlo. Cuando un niño establece un límite en el hogar, los cuidadores deben dar el ejemplo de cómo aceptarlo. Eso ayuda al niño a entender a sus amigos cuando aceptan o no sus límites.
  • Aprender a aceptar los límites de otras personas es tan importante como aprender a establecer los propios. Los cuidadores pueden ayudar a los niños a desarrollar esa habilidad poniéndoles límites y enseñándoles a aceptarlos. Por ejemplo, el padre podría decirle al niño: “En este momento, papi necesita un poco de espacio por unos 10 minutos. Pondré la alarma, y cuando suene, podremos abrazarnos de nuevo”. A veces, los niños no saben cómo aceptar un límite, y puede ser útil informarles cuáles son sus opciones. Por ejemplo, el padre de la situación anterior podría decir: “Puedes jugar con tus juguetes o ver un programa durante 10 minutos y luego regresar. ¿Cuál prefieres?”.

Exploren situaciones difíciles

Cuando usted observa a su niño jugar con sus amigos (en persona o virtualmente), puede darse una idea del tipo de situaciones “difíciles” que pueden surgir. Quizá el niño tenga dificultad para compartir sus juguetes o no permita que sus amigos hablen o elijan actividades. Las situaciones difíciles son comunes, y a veces los niños ni siquiera se dan cuenta de que les están sucediendo. Trate de explorar esas situaciones difíciles con el niño haciéndole consciente de ellas, y ayudándole a desarrollar empatía y resolución de problemas. Los siguientes consejos pueden ser útiles:

  • Si nota que su hijo es sensible a los comentarios sobre su comportamiento, trate de que vea la situación difícil desde la perspectiva de otra persona. Los libros, los programas de TV y las películas son excelentes para comenzar.
  • El libro Pip and Posy: The Super Scooter, por Axel Scheffler, es una excelente opción para que su niño piense en compartir y en poner límites. En el cuento, al personaje principal, Pip, le cuesta compartir su patinete con su amiga Posy. En cierto momento, Posy toma el patinete de Pip sin pedir permiso. Cuando lea este libro con su niño, haga una pausa para hacerle preguntas como: “¿Por qué crees que Posy le quitó el patinete a Pip? ¿Cómo crees que se siente Pip cuando le quitan su patinete? ¿Qué crees que Pip le va a decir a Posy?”. Este libro está disponible en formato impreso* y en versión de lectura en voz alta en YouTube.*
  • Hector and Hummingbird por Nicholas John Frith, es un cuento sobre dos amigos que son un poco diferentes. En el cuento, Héctor quiere pasar un rato tranquilo, pero su ruidoso amigo, Colibrí, habla en voz alta a su alrededor. Este libro está disponible en formato impreso en Bookshop* y en versión de lectura en voz alta en YouTube.* Hay tres aspectos clave del libro sobre los que usted puede alentar a su niño a reflexionar:
    • Aunque Héctor quiere tiempo a solas, inicialmente no se lo comunica a Colibrí. Si le pregunta al niño, “¿Qué debería decirle Héctor a Colibrí?” en esos momentos, lo animará a pensar en comunicarse con claridad y establecer límites.
    • Héctor finalmente se frustra con Colibrí. Justo antes de que le grite, “Déjame en paz!” a Colibrí, deténgase y pregúntele al niño: “Héctor se está frustrando. ¿Qué crees que va a pasar?”. Si su hijo tiene dificultades para predecir la reacción de Héctor, pídale que observe la cara del personaje para obtener algunas pistas.
    • Poco después de correr hacia el bosque, Héctor se da cuenta de que extraña a su amigo. Anime al niño a imaginar que es Héctor y a decir cómo le pediría disculpas a Colibrí. Esto le permitirá a su hijo decir “lo siento” en un espacio seguro y sin exigencias.
  • Tratar de ayudar a un amigo cuando se siente triste puede ser complicado. El libro My Friend is Sad, por Mo Willems, cuenta la historia de Cerdita y sus intentos de ayudar a su amigo Geraldo a sentirse mejor. Cerdita intenta todo tipo de cosas, pero nada parece funcionar. Esta peculiar historia resalta la importancia de preguntar a los demás qué necesitan cuando se sienten tristes en lugar de hacer suposiciones. El libro está disponible en formato impreso en Bookshop y en versión de lectura en voz alta en YouTube. Trate de incorporar las siguientes preguntas al leer este cuento con su niño para ayudarlo a comprender el mensaje que encierra:
    • Al principio del libro, nos enteramos de que Geraldo está triste. Pregúntele al niño: “¿Por qué crees que Geraldo está triste?”. Quizá el niño piense en sus propias razones, tal como lo hizo Cerdita.
    • Al leer acerca de los diversos intentos de Cerdita para tratar de que Geraldo se sienta mejor, anime al niño a reflexionar sobre la falta de comunicación entre los dos personajes preguntándole “¿Por qué crees que Geraldo no se siente mejor?”.
    • Al final del cuento, nos enteramos de que Geraldo estaba triste porque quería pasar tiempo con Cerdita. En este punto, anime al niño a pensar en lo que Cerdita podría haber hecho de manera diferente preguntándole: “¿Qué puede hacer Cerdita la próxima vez que su amigo se sienta triste?”
  • Dé ejemplos de empatía a su niño y a otras personas para ayudarles a desarrollarla. Después de demostrarle la empatía al niño, analice la situación con él. Estos son algunos ejemplos de cómo se puede analizar la información con el niño:
    • Me alegro mucho de que la abuela nos dijera por qué se sentía triste. ¿Crees que se sintió mejor después de que le dimos un gran abrazo?
    • Cuando tiraste ese juguete, no sabía por qué lo hiciste. Pero gracias por decirme que estabas molesto porque el juguete no estaba funcionando. Ahora estás tranquilo y sonriente. ¿Significa eso que ya te sientes mejor?
    • ¡Vaya! Tu amiga se veía muy feliz jugando contigo. ¿Qué crees que la hacía sonreír y reír tanto?
    • Quiero hacer algo especial para nuestro vecino porque ayer no se sentía bien. ¿Qué crees que deberíamos hacer?
  • Los juegos de roles son una forma divertida y eficaz de ayudar a los niños a aprender a reaccionar bien ante situaciones difíciles. Durante los juegos de roles, los cuidadores pueden incorporar elementos divertidos como disfraces e interpretar personajes específicos. Usted y su niño podrían escoger juntos una situación difícil y luego hacer una interpretación de cómo manejarla a través del juego de roles. Otra idea es crear un marcador en el que el niño obtenga puntos por usar habilidades adecuadas para su edad para manejar la situación, tales como hablar con calma, llegar a acuerdos y escuchar.

Las habilidades socioemocionales se desarrollan a lo largo de la vida. Hasta en la edad adulta seguimos fortaleciéndolas para conectarnos más profundamente con nuestros amigos y seres queridos.

Darles a los niños la mayor cantidad posible de oportunidades para socializar con otros niños de su edad es una excelente práctica. Los miembros de la familia y los maestros también pueden ayudar. Infórmeles que está trabajando en el desarrollo de esas habilidades, ya que ellos pueden servir de excelentes ejemplos para los niños.

Si su hijo aún no demuestra las habilidades socioemocionales adecuadas para su edad, ¡está bien! Cada niño es diferente y aprende a su manera.

*Libros y recursos disponibles solo en inglés